La risoterapia podría ser definida como técnica o terapia
que tiende a mejorar el estado psicológico, tanto mental como emocional, y el
físico, a través de la risa.
La risa ha sido apreciada
a lo largo de la historia, ya en algunas tradiciones, como la oriental y en la
India, la risa no sería solo una acción física, si no que es algo también
espiritual, y que cuando se trata de la risa más profunda (la del diafragma),
es la risa de Buda.
También hay una creencia Hindú que asegura que una hora
de risa tiene efectos más beneficiosos para el cuerpo que cuatro horas de yoga,
por ello crearon templos de la risa, posiblemente los precursores de la actual
risoterapia.
En la filosofía china del Tao hay constancia que desde hace
más de 4000 años en el Antiguo Imperio Chino, había unos templos de reunión
para reir que tenían como fin mejorar la salud.
En el Islam podemos encontrar en su libro sagrado la frase
dicha por el profeta Mahoma : “El que hace reír a sus compañeros, merece el
paraíso”.
François Rabelais, en el siglo XVI, decía: «La Risa es
propia del hombre», y recetando bajo su conocimiento la risa como método
efectivo de curación, convirtiéndose así en el pionero en «recomendar» la risa
como método infalible para aliviar determinados sufrimientos, y con ella
conseguía curar a sus enfermos más rápidamente.
En culturas ancestrales de tipo tribal, existía la figura
del “doctor payaso” o “payaso sagrado”, un hechicero vestido y maquillado que
ejecutaba el poder terapéutico de la risa para curar a los guerreros enfermos.
En los años '70, gracias a Norman Cousins, editor y
periodista americano, quien sufría graves dolores sin solución, y a quien sus
doctores le recomendaron la risa (mediante películas de los hermanos Marx, el
gordo y el flaco...). Una vez comprobado que realmente la risa le hacía
desaparecer el dolor durante horas, decidió publicar su experiencia y la dio a
conocer a la comunidad médica, publicándolos en 1976 en la prestigiosa revista
New EnglAND Journal of Medicine, y más tarde en un libro, y a través de su
propia fundación.
Posteriormente, otro nombre propio en la historia de la
risoterapia es el Hunter “Patch" Adam , en los años 80, donde aplicó la alegría
y el buen humor como apoyo en la recuperación y tratamiento de enfermedades,
obteniendo beneficiosos resultados. A partir de entonces se comenzó a utilizar
la técnica de la Risoterapia en los hospitales.
Pero lo más importante al hablar de risoterapia es hablar de
sus beneficios. La risoterapia tiene numerosos beneficios para los que la
practican, tanto mentales como físicos.
Se ha demostrado que cuando una persona se ríe de verdad
entonces en su cerebro se libera serotonina, un tipo de endorfinas que
tienen efectos calmantes y analgésicos. Por otro lado, favorece la producción
de dopamina que nos eleva el estado de ánimo o la adrenalina, que nos hace
estar más activos. Además, numerosos estudios señalan que al reir con
frecuencia estimulamos la producción de inmunoglobinas, lo que fortalece
nuestro sistema inmunológico ante virus y otros organismos.
Por lo tanto, son muchos los beneficios de la práctica de la
risa, desde disminuir el estrés y el insomnio, a mejorar la capacidad pulmonar,
mejorar las condiciones de los enfermos de corazón, reducir la ansiedad,
limpiar las mucosas de nariz y ojos, fortalece la zona abdominal, disminuye la
sensación de dolor…
Podemos diferenciar distintos tipos de risa:
1. Irónica: también llamada sardónica, es una
risa cínica y despreciativa.
2. Picara: cuando tras la risa escondemos algo
sin mucha importancia.
3. Tímida: al tener que rellenar un espacio,
donde no sabemos que hacer.
4. Sincera: la del reencuentro con un amigo.
5. Reprimida: ante un error ajeno, por ejemplo
cuando alguien se cae en la calle.
A continuación, presentamos algunos ejercicios de risoterapia:
-El juego del serio: típico juego en el que dos
participantes se colocan uno en frente de otro y uno debe permanecer serio ante
los gestos del oponente.
-Todos los participantes escribirán en un papel una parte
del cuerpo. Tras esto, el profesor explica que deberán darle un beso a su
compañero de la izquierda en la parte que han puesto. Si alguno quiere cambiar
la parte del cuerpo podrá hacerlo cambiando el papel con algún compañero al
azar.
-La ducha: En grupos, una persona hace como que se está
duchando y el resto hace de cortina, grifo, etc. El que se ducha deberá cantar
y intentar hacerlo con todo el humor que pueda.
-Contar cosas graciosas como si estuviesen llorando y cosas
tristes riéndose todo lo que pueda.
Al realizar una sesión de risoterapia trataremos de hacer las
actividades en grupo, no sólo para que los participantes se sientan mas cómodos
sino para que de esta manera las risas se contagien. Cuanto más cerca estén
unos de otros más se contagiará la risa.
En nuestras sociedades aparece la risa como un medio de
unión del grupo, un medio de disminuir las tensiones, un medio de participar en
la alegría colectiva para todos los que están presentes.
La risa siempre es la risa de un grupo. Esta es contagiosa.
Cuando vemos a alguien retorcerse de risa nos sentimos atraídos a hacer lo
mismo, aunque no tengamos la más mínima idea de los motivos que han
desencadenado su risa. Porque reír es una necesidad fisiológica.
Entre las personas que ríen juntas se establece un vínculo
de solidaridad. ”Cuanto mas se divierte uno, mas unido esta el grupo. A veces
el grupo se crea de la nada a partir de la risa”.
Posibles fases de una sesión:
• Una primera fase de desbloqueo, donde se intenta relajar
los músculos, es conveniente poner una música tranquila. Empezamos moviendo los
pies, rodillas, caderas, brazos y finalizando con la cabeza.
• En un segundo momento, utilizaremos dinámicas de grupo,
con ellas lograremos que al principio el alumno tenga una percepción de si
mismo, para ello empezara con imitaciones, muecas, representación de
situaciones, etc. Destacar que en este momento todavía no hay contacto entre
los participantes.
• Una vez que se va perdiendo el miedo y las personas se van
desinhibiendo se entrara en una fase de contacto, se utilizaran dinámicas para
practicar en compañía.
• Finalizaremos con unas dinámicas de relajación, luego se
compartirán las experiencias dejando a cada alumno que cuente lo que le ha
parecido la sesión.
Un ejercicio para terminar puede ser todos tumbados muy
juntos y forzar la risa. Esto podrá desencadenar en una risa colectiva
contagiada de unos a otros.
Por último, decir que siempre es bueno realizar
estiramientos en este tipo de sesiones para relajar tensiones, sobre todo en la
zona abdominal y lumbar.